sábado, 26 de enero de 2008

Botanic Gardens

En el barrio de Glasnevin se encuentran los Irish National Botanic Gardens. Fueron fundados en 1795 y, según la wikipedia, tienen 19.5 hectáreas. Nosotros no sabemos decir si eran tantas, pero sí que es una visita recomendable, aunque seguro que lo es más en primavera, cuando esté todo florecido, claro está, siempre que no seas alérgico al polen. Además de tener unas cuantas de especies al aire libre -las que se adaptan al tiempo irlandés- hay invernaderos, cada uno con su temperatura y su humedad, con especies no autóctonas, cactus, plantas tropicales, plantas africanas, etc. Os aseguramos que plantas como las de la foto no crecen aquí al aire libre.


Y la parte exótica del parque es que está todo plagado de ardillas completamente humanizadas y dispuestas a dejarse tocar -lo único que les falta es hablar-.


Y cerquita de allí está el cementerio de Glasnevin o Prospect cemetery. Es el cementerio católico más importante de Dublín y fue creado a mediados del siglo XIX. Más allá de ser una visita un poquillo tétrica, el lugar tiene su historia, porque allí están enterrados parte de las figuras más importantes de la historia de Irlanda, incluidos Michael Collins, del que hay una película protagonizada por Liam Nesson y Julia Roberts y nueve de los llamados "diez olvidados", a los que está dedicada la siguiente placa en la misma entrada al cementerio.


La placa viene a decir, en resúmen, que los resultados de las elecciones generales de diciembre de 1918 supusieron un acto de autodeterminación irlandesa. Ello abrió el camino para el establecimento del Dáil Éireann (parlamento) y la restauración de la sobranía irlandesa. Pero no podía ser todo tan sencillo, y aquel resultado democrático fue ignorado y la guerra de la independencia sobrevino. Muchos voluntarios murieron por la nueva república, incluídos los 10 olvidados, que son conocidos así porque porque fueron ejecutados en la horca en la prisión de Mountjoy y los cuerpos les fueron negados a sus familias. En 2001 los restos fueron recuperados y se les dio un funeral de estado para enterrarlos donde están ahora, a la entrada del cementerio de Glasnevin. Y aquí acaba el ratillo de historia.

¡A pasarlo bien!

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